Una de las razones por las que vemos que usuarios de suites propietarias como Microsoft Office, se desaniman a utilizar OpenOffice o Libreoffice es básicamente el engorro del guardado en formatos «raros», vaya que no son el .DOC de toda la vida.
La edición de documentos no sólo se limita a Microsoft Word, aunque este paquete sea el que mayor penetración haya alcanzado en el mercado, existen alternativas totalmente funcionales y compatibles con éste. Cabe mencionar que la compatibilidad es muy elevada mientras el documento de Word origen que abrimos con OpenOffice no sea complejo. Tranquilos, la mayoría se abren sin problemas.
La ventaja principal del uso de OpenOffice es el coste, es gratis. En cambio el coste de Microsoft Office puede alcanzar entre 100 y 300 euros.
Esta alternativa legal y totalmente efectiva, sigue sumando adeptos desde hace años. Ha sido instalada no solo para usuarios domésticos sino también en centros educativos, empresas y organizaciones que han preferido decantarse por la versión libre de esta suite ofimática opensource.
Y ahora sí, después de esta pequeña introducción de Openoffice (obviando entrar en detalles de lo que es el software libre, licéncias, uso etc) vamos al grano con el artículo.
Si no tienes instalado Openoffice puedes descargarlo desde su página web oficial.
Abre Openoffice Writer y despliega el menú Herramientas. Posteriomente abre la opción de menú Opciones.
Dirígente a la opción Cargar/Guardar y después General.
En la parte inferior derecha se encuentra el desplegable en donde elegir el formato predeterminado de OpenOffice Writer para guardar los ficheros en formato .DOC, esta opción es Siempre guardar como. Elige posteriormente el elemento Microsoft Word 97/2000/XP.
Este es el formato que usa Microsoft Word, así de esta manera podrás olvidarte de realizar un Guardar como cada vez que necesites enviar el documento a una destinatario que no tenga OpenOffice para poder abrirlo.
Reparación de ordenadores a domicilio. Llámanos al 639.52.42.11